Al ex secretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos «lo maltrataron» durante la detención en el aeropuerto de Los Ángeles, California, la semana pasada.
Esto es lo que publica J. Jesús Esquivel, en una columna del día de hoy en Proceso:
La denuncia del general y su familia alega que, al exsecretario de la Sedena en el sexenio de Enrique Peña Nieto, los agentes estadunidenses “lo trataron muy mal” física y verbalmente al momento que le anunciaban sus imputaciones y lo esposaban por ello.
Seguramente el General Cienfuegos ya no se acuerda cuando los elementos del ejército que dirigía ejecutaban órdenes violando flagrantemente los derechos humanos de las personas, incluidos inocentes y culpables.
En abril de 2016 apareció un video escandaloso y vergonzoso de cómo dos elementos de la SEDENA y una mujer de la Policía Federal torturaron a una mujer detenida en el estado de Guerrero.
Durante el sexenio de terror del delincuente Enrique Peña Nieto, las fuerzas armadas, entre ellas el propio ejército, fueron señalados en innumerables ocasiones por los malos tratos, capturas ilegales, ejecuciones extrajudiciales y actos de tortura. Así que no entendemos cómo es que ahora el general se queja de haber sido «maltratado» por quienes lo detuvieron en Los Ángeles.
Es un hecho que no fue torturado, no fue desaparecido, no lo ejecutaron y no violaron ninguno de sus derechos durante la detención. Al general caído en desgracia no lo iban a tratar como a una persona decente, obviamente, así como tampoco lo sometieron a las vejaciones que sus subalternos sí cometían cuando él daba órdenes.
Los delincuentes no pueden ser tratados como se trata a las demás personas, por el simple hecho de haber roto las leyes que nos rigen a todos los ciudadanos del mundo, así que no puede exigir que se le coloque entre algodones porque al final quien falló fue él.
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