Tras la detención del ex secretario de la Defensa, Gral. Salvador Cienfuegos, López Obrador dijo esta mañana que en nuestro país no existe investigación alguna contra el hoy detenido en Estados Unidos.
Pese a que sus seguidores están tratando de jalar agua para su molino, diciendo que la detención fue gracias a la Cuarta Transformación, la realidad es otra: en México, Cienfuegos formaba parte del clan al que se le había otorgado ya inmunidad.
Es una vergüenza que durante dos años el actual gobierno no haya investigado absolútamente nada de los nexos del general con la delincuencia organizada. Hoy mismo la periodista Anabel Hernández revelaba con Carmen Aristegui que el nombre de Salvador Cienfuegos ya figuraba en la lista de los funcionarios corruptos que ella había señalado desde hace muchos años.
Es una vergüenza también, que tenga que ser nuevamente desde Estados Unidos donde se liberen las órdenes de detención a los corruptos de nuestro país, porque en el nuestro no exista nadie que se atreva a tocarlos.
García Luna detenido en Estados Unidos; César Duarte detenido también en Estados Unidos y hoy el General Cienfuegos es también detenido en aquél país.
El gobierno de López lo tuvo en México durante dos años y la FGR no lo señaló de absolútamente nada; tuvo que ser la DEA en la «Operación Padrino» quien hiciera lo que en nuestro país no se hizo.
Hoy, el general enfrentará cargos por delincuencia organizada y tráfico de drogas, además de lavado de dinero, presumiblemente del Cártel Beltrán Leyva, durante muchos años.
Con esta detención queda perfectamente claro que la «estrategia» de seguridad empleada por Felipe Calderón y por Enrique Peña Nieto, era falsa. El ejército ya había tomado partido y en lugar de atacar a los cárteles, decidió protegerlos.
Mientras la SSP protegía al Cártel de Sinaloa, la SEDENA protegía a los rivales de éstos, a los Beltrán Leyva. La guerra siempre fue falsa.
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