Circularon en redes sociales las imágenes de López-Gatell en Zipolite, Oaxaca, disfrutando de unas merecidas vacaciones, después de haber lanzado el mensaje contundente de #QuédateEnCasa.
Nadie en su sano juicio pensaría que si se señala la incoherencia del Subsecretario de Salud sea porque se le pretende cancelar su derecho a vacacionar y salir. Sólo que…
Al mismo tiempo ésas redes sociales han señalado que los culpables del alto índice de contagios por COVID19 en México son todos aquellos que sin tener obligación de salir, lo hacen.
Y hemos visto la forma en que las playas se llenaron las últimas semanas de 2020; Playa del Carmen, Acapulco o Cozumel, nos han dejado imágenes de los irresponsables que salieron a disfrutar cuando en todo el país se vive una de las peores catástrofes de salud de la historia.
Desde el gobierno, especialmente desde la Secretaría de Salud, se ha insistido en que reducir la movilidad es una de las medidas necesarias para que se logren frenar los contagios, por lo que resulta aún más grave que sea precisamente quien alerta sobre ello, el primero que rompa la recomendación y se vaya a la playa.
¿Y dónde quedamos todos aquellos que nos quedamos en casa? ¿Es justo que gente que se cuida termine contagiada por los irresponsables que no hacen caso a las recomendaciones, incluido el mismo López-Gatell?
Dice un dicho que «la mujer del César no sólo debe serlo, también debe parecerlo» y en este caso, López-Gatell, al ser el responsable del manejo de la pandemia, debería «parecer» el primero en dar ejemplo y cuidar las formas, que al final siempre resultan ser fondo.
No podemos señalar a unos y justificar a otros, porque se supone que en el país ya cambiaron las cosas y se acabaron los privilegios. En un país donde los funcionarios tuvieran un gramo de vergüenza, el subsecretario ya habría presentado su renuncia.
MÁS INFORMACIÓN: