Se pudo haber hecho mejor, indudablemente. #COVID19 Cien mil muertos.




Cualquiera que niegue esta sencilla afirmación, estará atribuyendo a quienes instrumentaron la estrategia de contención de la pandemia en nuestro país, dones que no son atribuibles a la imperfección humana.

Se pudo, por ejemplo, desde el gobierno poner la muestra de cómo tenía la población que empezar a cuidarse; usar mascarilla, lavarse las manos, usar gel hidroalcohólico y no incitar a las personas a abrazarse.

Se pudo haber invertido en pruebas PCR numerosas, detectar casos positivos, aislarlos y contratar rastreadores para localizar a los contactos de éstos que pudieran ser positivos también. Las pruebas por sí mismas, sin tratar de cortar las cadenas de contagio, no sirven.

Se pudo actuar con medidas contundentes para evitar que en los meses de mayor número de contagios las familias que pudieran hacerlo se quedaran en casa, no sólo por invitación a hacerlo, sino por tener que hacerlo.

Muchos dicen, incluídos los políticos del gobierno, que las medidas «autoritarias» no habrían funcionado y habrían provocado disturbios de parte de quienes se negaran a aceptar el confinamiento. Pero no es así.



Si bien en algunos países ha habido protestas, ningún gobierno ha caído por esta causa y por el contrario, se logró evitar más contagios y por tanto más muertos.

Se pudo haber rectificado cuando se observaba que, por más que lo repitieran, los casos no bajaban y jamás se alcanzó la fase de meseta (aplanar la curva), en lugar de seguir aferrados a no hacer prácticamente nada.

Se pudo haber implementado como política de salud urgente, que las personas contagiadas o que tuvieran síntomas, acudieran inmediatamente a los hospitales, en lugar de recomendarles que se quedaran en casa hasta que los síntomas los enviaban directo a las unidades de cuidados intensivos, cuando prácticamente no había nada qué hacer.

Se pudieron haber hecho muchas cosas, pero no se hicieron… Desde el gobierno se dio el ejemplo de que «no pasaba nada» y ese fue el mensaje que se quedó en la población. Por eso hay tanta gente en la calle, por eso no han parado y no van a parar pronto los miles y miles de contagios que necesariamente traerán miles de muertos más.

Se pudo haber buscado a un verdadero científico que se pusiera al frente de la estrategia y no a un ególatra que convirtió en politiquería todo lo que hacía. Se necesitaba un experto, no un porrista del terco que está en la presidencia.

Son más de 100 mil vidas; más de 100 mil familias rotas… y dos responsables: Andrés Manuel López Obrador y Hugo López-Gatell.




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