Todo está consumado; Joe Biden del Partido Demócrata en Estados Unidos será el presidente 46 sustituyendo a Donald Trump.
Han sido 72 horas que han mantenido al mundo mirando a aquél país, porque los resultados no estaban tan claros como ahora lo están; estados clave que hasta hace unas horas tenían por ganador a Trump, en este momento son para Biden.
Wisconsin, Michigan, Georgia, Pensilvania, Arizona y Nevada presentan en este momento una ventaja, aunque sea mínima, para el candidato demócrata. Parece que los votos por correo sí fueron de mayoría azul.
La tarde de ayer ocurrió también un hecho que es bastante significativo: Donald Trump salió a dar una conferencia de prensa en la que acusaba «fraude» y señalaba a los demócratas de haber «hecho algo» para que la ventaja que mantenía se hubiera revertido.
En ese momento, las grandes cadenas de televisión, como si «algo o alguien» les diera la orden, quitaron de sus pantallas al hasta ahora presidente y los comentaristas de los noticieros justificaron esta acción diciendo que Trump estaba haciendo aseveraciones falsas.
¿Qué «mano que mece la cuna» decidió que esto pasara? Porque la coordinación fue perfecta y cuando menos es sospechosa esta actitud. Hasta la cadena más grande en los Estados Unidos, la Fox, que había acompañado a Trump desde antes de 2016, sacó de la pantalla al presidente.
No es sólo una anécdota, se trata de un hecho bastante significativo de cómo los medios de comunicación tienen un poder enorme y toman partido al influir en los ciudadanos. ¿Quién les autorizó para decir qué deben ver o no deben ver los votantes? Los trataron como si fueran niños o idiotas.
Después de esto, un acto de censura a todas luces, era claro que el gobierno iba a recaer en las manos de Biden; si la Fox había abandonado a Trump, era poco menos que imposible que la victoria se inclinara aún de su lado.
¿Y qué pasará ahora con López Obrador que hasta de comparsa sirvió para la campaña de Donald Trump? ¿Se la van a cobrar los demócratas? Sea como sea, para México, ganara quien ganara, las cosas iban a ser igual: muy malas.
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