Tras la represión en Cancún a balazos el día de ayer, cuando un grupo de personas protestaban por el asesinato brutal de una joven, poco tardaron en aparecer los «cuidapiedras» y «defiendemuros».




Los «cuidapiedras» y «defiendemuros», son hombres y algunas mujeres que aplauden y claman por más represión cuando mujeres se manifiestan por los feminicidios en el país; su discurso gira en torno a la «legalidad», la «moral» y la «violencia» que, según ellos, violan las mujeres cuando reclaman por los asesinatos.

A estos curiosos personajes les duele mucho cuando las compañeras hacen una pinta en alguna pared o algún monumento; lloriquean cuando las mujeres le prenden fuego a una puerta, como el día de ayer, pero no mencionan en ningún momento el problema de fondo: más de 10 mujeres son asesinadas todos los días en México.

En realidad lo que esconden tras su defensa férrea de los objetos inanimados, es un machismo brutal y un miedo terrible a que por fin en nuestro país hombres y mujeres seamos iguales en todo. Es eso, son machistas, que al no reconocerse como tales, encuentran cómodo el pretexto de ser «defensores del patrimonio nacional».

Los «cuidapiedras» y «defiendemuros» son los que tienen por mantra aquella frase que el patriarcado hizo «ley»: «todas las mujeres son <<putas>> menos mi amá y mis carnalas». Son aquellos que quieren ver a la mujer en casa, haciendo la comida y lavándole la ropa al marido.

Los «cuidapiedras» y «defiendemuros», son los que salen a la calle y tiran basura, orinan en las esquinas y pintan su nombre en los autobuses o el metro. Son tipejos que en su vida cotidiana rompen normas, reglas, leyes, pero que se escandalizan cuando las mujeres gritan y piden que pare la masacre.

Es increíble que hablen de moral, de orden, de leyes, de civilidad, etc., y llamen «vándalas» a quienes han buscado de mil formas que el gobierno haga algo para que se detenga la barbarie. Estos individuos llaman al «diálogo», pero no dicen que las mujeres han hecho ya de todo y nada cambia; que han querido dialogar y no encuentran más que engaños u oídos sordos. No entienden que todos esos caminos que les recomiendan ya fueron recorridos.



Y son capaces de pronunciar frases como «¿y con pintar una pared ya revivió la joven asesinada?», tratando que la gente caiga en la falacia que encierra su «argumento», porque no, nada va a revivir a una chica asesinada, pero si seguimos defendiendo paredes y monumentos, seguirá aumentando la cifra del México feminicida.

Si aplaudiste ayer la represión en Cancún, no seas estúpido, no seas un «cuidapiedras», no seas un «defiendemuros»; tenemos que luchar con ellas, hombro a hombro, para que esto cambie y mientras no sea así, a mí no me afecta que lo quemen todo. ¿Te duele un muro? Dime cuánto te corresponde en proporción a la 120 millonésima parte que pagaste por él en tus impuestos y te lo pago, incluso te mando lo de 100 más por adelantado, ya que parece ser que a ti lo que te duele es material, económico y ya. Así que no quieras dar lecciones de moral, cuando la tuya está basada en eso.

https://youtu.be/I7ozFi4zsO4



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