La reciente visita de Felipe VI a México deja muchas cosas en claro; entre ellas que la oligarquía española mira a México como la panacea que puede seguir rescatando de la crisis a su país y que los grandes negocios son importantes, aunque se pase por encima de las personas, los territorios y se violen todos los derechos humanos en nuestro país. Es una crónica del miedo, porque entre políticos, reyes, empresarios y élites económicas, lo que está son los ciudadanos. Y en el ambiente, tanto en México, como en España, lo que hay y que nos hace muy iguales, es una enorme corrupción.
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