El panorama no es nada alentador, al contrario; la realidad que se nos pone enfrente, para nuestro futuro no muy lejano, se parece más a la de un país en ruinas, que al de la ‘próspera nación’ del discurso de ELLOS. El remate de nuestras riquezas, de nuestras instituciones y de nuestra infraestructura; la enorme deuda pública de los estados y municipios y el incremento de la violencia generada desde el propio Estado, nos lleva a pensar que los años que vienen, necesariamente serán peores para NOSOTROS. Los delincuentes que mal gobiernan México, no tienen la menor intención de trabajar por el beneficio del pueblo y detener esta brutalidad; al contrario, están preparándose para el atraco final y después la huida con todo lo que puedan saquear y llevarse a otros países.