Pueden detener a cientos, a miles, a decenas de miles, pero el crimen sigue vigente en Michoacán. Las complicidades creadas durante la última década, entre los gobiernos y los cárteles del narcotráfico en el estado, tienen raíces tan profundas, que será muy difícil poder acabar con ellas. Mucho más, cuando quienes están ahí para terminar con ello, siguen estableciendo lazos con los delincuentes.
Los criminales se sienten a sus anchas y no hay quién los disuada de parar con sus actividades y detener la violencia. ¿Alfredo Castillo? No, él es parte del problema. #FueraCastilloDeMichoacán.
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