La historia de Ángel Amílcar Colón es como la de muchos centro-americanos en el caso de el todo inicio cuando un pollero conocido como «El Ruso» que le prometió que lo cruzaría al otro lado de la frontera a lo cual acepto, posteriormente en una colonia residencial en Tijuana en donde fue amenazado y obligarlo a hacer la limpieza y que no se acercara a puertas y ventanas al cuarto día en esa casa Ángel Amílcar escucho unos disparos e intento huir pero en ese momento por desgracia (en el futuro cercano) era un operativo federal.
Fue detenido y posteriormente acusado de delincuencia organizada, durante el arraigo fue torturado y durante todo el proceso todos sus derechos humanos fueron violados. Fue enviado al penal federal de Nayarit.
El abogado de Ángel Amílcar Colón logro la acreditación las irregularidades y las violaciones por lo menos de 4 de sus derechos: a la información de asistencia consular a la integridad, al debido proceso y a la libertad personal (en condiciones de detención irregular. Y le pusieron a disposición del Ministerio Público bajo tortura y en un edificio militar).