Los delincuentes más peligroso de México están en las calles. Ocupan cargos en las altas esferas de la política o el mundo empresarial. Algunos de sus sicarios han caído presos, pero eso no es problema ¡ELLOS se encargan de liberarlos! Y los inocentes, los que defienden a sus pueblos, a su gente, están purgando condenas injustas; detenidos por un Estado fascista, delincuencial y represor.
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