En estos días, la cadena británica Sky News publicó un reportaje titulado “Narco-Estado: La guerra de las drogas en México” -ver vídeo- en el que por primera vez se muestra una ‘cárcel’ no estatal diseñada y autogestionada por una comunidad harta de la ineficiencia de las autoridades.
En la prisión, ubicada en algún punto de la Sierra Madre Occidental, se encuentran detenidos antiguos sicarios que estaban al servicio de los cárteles y que fueron detenidos por vigilantes comunitarios.
El reportero Stuart Ramsay dice:
“En esta parte de México, grupos de justicieros están combatiendo contra los cárteles de la droga y sus sicarios que durante décadas han aterrorizado a pequeñas comunidades”, “La prisión es su trofeo, y una marca del éxito de su revolución contra el crimen organizado”.
Entre los detenidos en el edificio –un inmueble viejo que antes fue una dependencia de gobierno- se encuentra Leonardo, un mexicano de 22 años :
“Su mirada juvenil esconde una historia horrible de violencia de Los Caballeros Templarios. Leonardo ha asesinado a 19 personas en los últimos tres años”, dice el reportero.
El joven detenido no es más que un ejemplo representativo de lo que ha hecho en narcoestado con los jóvenes mexicanos: ponerlos al servicio del narcotráfico. En el reportaje, Leonardo dice haber estado bajo control de las órdenes del cártel, sin ninguna posibilidad de desobedecer sus órdenes y siendo obligado a asesinar aún cuando era un niño.
Uno de los guardias comunitarios dice:
“Muchos jóvenes comienzan así. Luego se contaminan y se vuelve algo natural el hecho de que ellos asesinen. Nosotros los investigamos. Sus vidas son vidas de pobreza. Son vidas muy miserables, muy, muy pobres. La forma de pagarles es que maten a otros a cambio de mantener sus vidas”.
Así es como funciona el narcoestado: convierte a una parte de nuestra juventud en asesinos y otra parte en víctimas.
El sistema te asigna un papel sin opción a elegir: o eres víctima o eres victimario… No contaban con que la sociedad pudiera despertar, organizarse, buscarse la paz.