CDG y CJNG reparten despensas en comunidades pobres del estado de Tamaulipas y del estado de Jalisco. ¡Son unos miserables!
Cuando no hay Estado; cuando la gente ha vivido bajo el dominio de organizaciones criminales disfrazadas de partidos políticos; cuando la cultura del narco ha permeado en todos los estratos de la sociedad, éstos aprovechan los vacíos y «siembran semillas».
¿Cómo les van a cobrar toda esta «bondad»? ¿De dónde vienen los recursos para comprar los productos que reparten? ¿Cuánta sangre ha corrido para que esto suceda?
Por donde lo vean, esto está muy mal. Ni ellos, los cárteles, son buenos y mucho menos lo que entregan viene de algún trabajo honrado que estos tengan. Viene del dinero de sangre: secuestros, robos, tráfico de drogas, extorsión, trata de personas, trata de mujeres, asesinatos, etc.
Aquí algunas imágenes de sus «gestos bondadosos»:
En el estado de Tamaulipas el Cártel del Golfo ha estado en Ciudad Victoria y en Matamoros entregando despensas a personas de bajos recursos. Las cajas que contienen algunos productos básicos llevan un logotipo de alguien que se autodenomina «Comandante Vaquero» o «46».
En Jalisco, la gente del Cártel Jalisco Nueva Generación también ha hecho lo mismo; llevan productos de primera necesidad etiquetados con uno de los símbolos de Nemesio Oseguera Cervantes, «El Mencho».
En este espacio no juzgamos a las personas que por necesidad toman estos regalos, pero sí señalamos la inmoralidad de estos personajes que aprovechan la contingencia grave que se vive en el país para hacer presencia y «marcar territorio». ¿Cómo se los cobrarán después?
También señalamos la ausencia del gobierno, que por un lado presume multimillonarios recursos entregados en apoyo a los que menos tienen, mientras que por el otro siguen haciendo oídos sordos para escuchar que la gente no ha recibido nada de lo que ellos prometen.
Ambos infames, ambos miserables.
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