Y luego dicen que estas cosas solo pasan en las ‘dictaduras’. Pues no; de hecho, el mal gobierno en México, es el comprador número uno en Latinoamérica, de software espía a la compañía italiana ‘Hacking Team’. Empresas paraestatales, como Pemex; gobiernos de estados, como Puebla o instituciones de las mal llamadas fuerzas de seguridad, como la Policía Federal o el propio CISEN, se han gastado unos 6 millones de euros en adquirir este tipo de tecnologías ilegales, con un único fin: mantener bajo vigilancia y control, a quienes ELLOS consideran sus ‘adversarios’ o ‘gente peligrosa’.