Como en México cualquiera puede tener un arma, del calibre que sea (no legalmente, pero eso no importa), es entendible por qué sigue habiendo casos como este en cualquier punto del país.
Como en México, solo el 1% de los delitos son castigados, entonces es fácil darse cuenta por qué a los delincuentes les sobra ‘el valor’ para salir y asesinar, sin que alguien les diga o haga nada. Después, lo fácil para la autoridad, es agregar a estas personas a las listas de ‘víctimas de la guerra del narco’ y colocarle las palabras ‘presuntos miembros de la delincuencia organizada’ a sus expedientes y ¡asunto arreglado!
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