La empresa de transgénicos y creadora del poderoso pesticida retirado del mercado por daños a la salud DDT, Monsanto, ha cambiado su estrategia publicitaria para ganar «corazones» y «mentes» y dar un boleto directo a los campesinos para salir de la pobreza.
En una entrevista al Financial Times, Manuel Bravo, quien es el director Ejecutivo de Monsanto en Latinoamérica, no hay problemas ni de salud, ni ambientales ni de derechos humanos. ¿Qué va? Lo malo de la compañía, según dijo, es que han tenido mal marketing y no han enviado el mensaje publicitario correcto, y por lo tanto, ahora el nuevo mensaje que tendrá la compañía más grande de alimentos y semillas transgénicas, será el de dar «un boleto directo para salir de la pobreza» comprando sus productos, puesto que usar alimentos transgénicos es más barato.
En otros países, la compañía Monsanto ha sido multada y sancionada en múltiples ocasiones, por publicidad engañosa, sin embargo, en México, tierra de la corrupción y de los compadrazgos políticos que permiten a puro inútil ocupar puestos fundamentales para que no se vaya el país a la fregada, se ha litigado por años junto con la empresa en contra de los pequeños productores, y ha otorgado los permisos pertinentes para difundir la campaña publicitaria de la empresa, a pesar de múltiples estudios que confirman las consecuencias ambientales y de salud, así como la violación a los derechos humanos que representa la plantación de transgénicos y su consumo.
Sin embargo, y contrario a lo que Bravo afirmó en dicha entrevista, la coordinadora del Programa de Sistemas Alimentarios Sustentables del Grupo de Estudios, Catherine Marielle, sostiene que los argumentos de Monsanto en cuanto a los beneficios económicos que sus productos ofrecen, a través de varios estudios se han desmentido cada uno de sus argumentos ya que no hay tal ventaja productiva en comparación con otro tipo de semillas.
Marielle agregó que la compañía va por el mundo adaptándose y encontrando huecos legales, que en México, son enormes.
“Monsanto ha aprendido a cargar con todo su desprestigio. Es más de lo mismo. Restaurar su prestigio con más falacias, más mentiras, con más publicidad engañosa y seguramente en gente menos informada sí tendrá un buen resultado. Esta práctica no es válida y tampoco es legítima […] Es un caso patético y muy grave”, comentó la investigadora.
En México, el 50 por ciento de los 4 millones 331 mil hogares que se dedican a la producción agrícola se encuentran en pobreza, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y de acuerdo con la información publicada por Financial Times, Monsanto busca cinco permisos para cultivar maíz transgénico en cinco áreas en el norte de México.
Por otro lado, Alejandro Calvillo Una, quien es director de la organización civil El Poder del Consumidor, asegura que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay evidencias y declaratorias que confirman que el glifosato, herbicida con el que son creadas las semillas y que se utilizan en sus cultivos, es un cancerígeno; sin embargo, al ser una trasnacional tan poderosa, no han habido obstáculos que se resistan en este país ante su poder e influencias.
“A Monsanto se le da un trato preferencial. Nuestro gobierno siempre ha sido aliado de las grandes empresas y más que defender el interés colectivo, defiende el de ellas. Aquí la corrupción no es sólo con alianzas en el poder político, sino también con los poderes fáctico legales y vemos que muchas de las regulaciones a las empresas de plaguicidas, medicamentos, de alimentos y bebidas, son regulaciones que dependiendo de la autoridad, muchas veces benefician a las empresas. Eso dice la experiencia y explica porqué a la fecha, Monsanto no ha tenido ningún proceso”, destacó Calvillo Unna.