Audias Flores Silva, a quien apodan ‘El Jardinero’, es uno de esos casos en México en los que por haber sido torturado durante su detención en 2016, fue puesto en libertad.
Circula en redes un video cortito donde se aprecia a un grupo de delincuentes del CJNG, de esta facción en Nayarit que controla Audias Flores Silva, descargando sus armas al aire en alguna zona urbana del estado, con completa impunidad.
Los individuos llevan chalecos con la leyenda «Gente del Jardinero» y armas largas con las que disparan hasta que el video termina. No se sabe la fecha en que fue grabado el material, pero se presume que es el estado de Nayarit y es evidente que alguno de ellos es quien está grabando, con la intención de presumirlo en Redes Sociales como suelen hacer muchos grupos de la delincuencia.
Audias Flores Silva es uno de esos casos emblemáticos de un delincuente de alto rango que fue detenido por las autoridades mexicana, pero que al momento de su detención fue torturado y sus abogados pudieron demostrarlo ante el juez, que tuvo que liberarlo por desvanecimiento de pruebas.
Y no estaba detenido por poca cosa, sino por el homicidio de 15 policías ocurrido en el mismo año de 2016 en el municipio de Soyatlán, Jalisco.
Por este caso, el delincuente -quien en ese momento se identificaba falsamente como Gabriel Raigosa Placencia- fue llevado preso al Penal de Puente Grande, en Jalisco, pero se cree que lo liberaron en 2019 tras sostener una intensa lucha en los tribunales, en donde finalmente se revirtieron las pruebas en su contra.
Interpuso algunos recursos legales argumentando tortura en su detención, el juez lo liberó y días después estos recursos fueron suspendidos, sin embargo, cuando se le notificó esta orden judicial y le daban la opción de ratificar las demandas, ya no acudió. Desde entonces está prófugo.
Se le acusa también de estar ligado al robo de combustibles en el estado de Jalisco y Nayarit, por lo que sigue siendo también objetivo prioritario para el gobierno por este otro delito.
Es buscado por el Gobierno de los Estados Unidos y ofrecen una recompensa de 5 millones de dólares para quien pueda aportar datos para su captura.