Más de 12 horas de debate con interrupciones, insultos, diputados que salían y entraban, apelaciones al reglamento, inmumerables turnos por alusiones y un sinfin de datos más propios de un debate de estado de la región que de una moción de censura. El Partido Popular ha logrado enredar el debate sobre la moción de censura de Podemos contra la presidenta regional, Cristina Cifuentes. Cifuentes ni decía palabra, ni miraba a su «contrincante» pero mantenía prácticamente toda la sesión sus dedos sobre el móvil y su mente en las redes sociales.
El resultado final de la votación celebrada este jueves 8 de junio en la Asamblea de Madrid estaba previsto. La moción de censura defendida por el secretario general de Podemos en Madrid, Ramón Espinar, y la candidata a sustituir a la presidenta popular Cristina Cifuentes, Lorena Ruiz-Huerta, no salía adelante. A favor se pronunciaban los 27 diputados de Podemos. Los 37 representantes del PSOE se abstenían, mientras los diputados de Ciudadanos y del PP votaban en contra de la moción de censura.
Pero los números no eran lo más importante. Quedaba muy clara la postura de las distintas formaciones frente al PP y eso no era sorpresivo, pero sí deja patente a los ciudadanos dónde está cada uno. La mayor apuesta de esta moción era exponer y contraponer el modelo económico y social de Podemos y de Lorena Ruiz-Huerta para Madrid frente a la gestión del PP, la parasitación y utilización institucional y la corrupción del partido de gobierno.