Alrededor de 800 esqueletos de bebés y niños han sido descubiertos en una fosa común de un centro católico de acogida de madres solteras en la localidad irlandesa de Tuam. Según las pruebas realizadas la mayoría fallecieron en los años 50 y tenían edades comprendidas entre las 35 semanas de gestación y los 3 años.
Una escalofriante realidad que podía haber comenzado a investigarse hace 40 años cuando dos niños que jugaban cerca del convento descubrieron bajo una piedra cráneos y huesos apilados en una fosa sanitaria. No pasó nada, pero una historiadora local, Catherin Corless encontró hace 3 años los registros de defunción de 798 niños, y solo dos registros de enterramiento. A partir de ahí comenzó realmente la investigación que ha destapado todo.
El convento de Santa María era uno entre más de una docena de orfanatos de este tipo, repartidos por toda Irlanda, gestionados por la Iglesia Católica y que contaban con financiación pública. El propio arzobispo de Dublín al iniciarse las investigaciones señalaba que «si algo pasó en Tuam, probablemente habrá sucedido también en otros hogares de acogida». Según los expertos, estos centros que hoy en día están inactivos pueden ocultar los restos mortales de 3.200 niños enterrados más.