Aguascalientes, el estado que fuera un bolsón de tranquilidad y paz en años pasados, se ha convertido en parte del infierno que se vive en nuestro país. Un video que circula en redes sociales nos muestra que esto es así.
En el gimnasio Hernández Girón se desarrollaba un encuentro de basquetbol entre las selecciones de Baja California Sur y la de Oaxaca, cuando en un tiempo muerto se empezaron a escuchar disparos afuera de las instalaciones, pero segundos más tarde las detonaciones aumentan de intensidad y se escuchan dentro.
Jugadores y público hicieron lo que pudieron para tratar de resguardarse; en el video se observa a niños que se meten incluso bajo una mesa que está a un costado de la cancha, mientras que la imagen también muestra cómo adultos salen como pueden del lugar.
Se informó que el ataque iba dirigido contra un hombre de nombre José Eduardo, de 39 años y oriundo de Tijuana. Aparentemente los agresores le llamaron por teléfono y él salió del gimnasio para contestar la llamada y en ese momento comenzó el ataque.
El hombre trató de resguardarse ingresando al lugar, donde también se supo estaba su hijo jugando. Los atacantes lo siguieron disparándole e hiriéndolo, aunque no de gravedad, por lo que al final fue llevado a un hospital. Afortunadamente no pasó a mayores.
Los medios locales han empezado a dar cuenta del incremento de la violencia en la entidad. Ya no es un estado seguro, dicen. Y es comprensible; el estado está rodeado de otras entidades, como Zacatecas, donde operan sin control algunos de los cárteles más sanguinarios del país, como los Zetas.
Compartimos con ustedes los minutos e horror que se vivieron la tarde del pasado viernes en Aguascalientes. Imágenes que fueron grabadas y transmitidas por las televisoras locales.
Apenas en abril de este año nos enteramos que en Aguascalientes fueron detenidos policías que operaban para el Cártel del Noreste (Zetas).
Dos policías estatales de Zacatecas fueron detenidos en Aguascalientes, cuando éste trataba de convencer a un narcotraficante del Cártel del Golfo, para que trabajara para el Cártel del Noreste. Al ser detenidos se les encontró una lista de personas y comercios a los que extorsionaban y pedían el «derecho de piso». Los narcopolicías alegaron, al momento de detenerlos, que estaban en un operativo encubierto, ya que fueron detenidos cuando vestían de civiles. El miembro del Cártel del Golfo ‘soltó la sopa’ y dijo que no, que no se trataba de un operativo encubierto, sino que los policías estaban tratando de convencerlo de trabajar para los contras.
La aspirante a Jefe de Plaza en el estado de Aguascalientes, por parte del Cártel del PRI, dice que no está de acuerdo con la propuesta del delincuente Peña Nieto en relación a los matrimonios igualitarios. NOSOTROS, que vivimos en 2016, en pleno Siglo XXI, sabemos que no tiene sentido oponerse a algo que es una realidad y que tratar de ‘esconderlo bajo la alfombra’ no sirve absolutamente de nada. Sabemos también, que EPN presentó esta iniciativa, para congratularse con millones de personas que están a favor de reconocer los derechos de las personas que tienen una preferencia sexual de este tipo, pero que en realidad, ni con eso se salvará la pésima gestión y el mal gobierno que ha realizado. ¿Qué pasará si esta delincuente llega a la jefatura de plaza?
La candidata a Jefe de Plaza del cártel del PRI, quedó ‘retratada’ cuando una ciudadana tomó el micrófono, en un evento de esos que usan para engañar a la gente, asegurando que ella no votaría por el candidato a la jefatura de plaza de la capital en Aguascalientes. La delincuente priísta, al verse exhibida, abrazó a la mujer, mientras le arrebataba el micrófono y la ‘acompañaba’ a retirarse, al tiempo que le aseguraba «…vas a votar por nosotros…». Así, contundente. Los narcopriístas están tan seguros del próximo fraude y de las necesidades de estas personas, que saben que con pagarle la tomografía que la mujer reclamaba o con prometérsela otra vez, ella y muchos como ella, terminarán hundidos en el circo electoral, otorgando su voto para encumbrar parásitos.