Encapuchados, con lentes y al más puro estilo de los sicarios del crimen organizado, miembros de la Fuerza Tamaulipas abusaron sexualmente de dos jóvenes, una de ellas menor de edad. Ocurrió hace apenas unas semanas, cuando las mujeres circulaban en su auto y fueron obligadas a detenerse, sin que existiera un motivo para ello. El testimonio de la menor fue el que ha servido a la Comisión de Derechos Humanos de Nuevo Laredo para que salga a la luz esta bestialidad de los supuestos ‘agentes del orden’. Lo peor del caso, es que sabemos que para mala fortuna, ésta no será ni la única, ni la última vez que los delincuentes uniformados se verán involucrados en hechos delictivos. En México, darle un uniforme, un arma y un poco de autoridad a gente sin cerebro, provoca que los ciudadanos tengan que cuidarse de quienes estarían destinados a protegerles.
