A los ciudadanos que vivimos honestamente se nos ha quitado el derecho a estar en igualdad de condiciones que los delincuentes; el Estado ha monopolizado la violencia pero no para defendernos, sólo para perpetuar el poder y la complicidad con las mafias.
Nayeli Bautista Tecpa, de 23 años de edad, destacada estudiante de la Facultad de Química, fue asesinada por sus secuestradores. La mantuvieron en cautiverio durante dos semanas; pedían un millón de pesos por su liberación. La familiar otorgó $100, 000, pero dicen las autoridades: “falló la negociación”, la encontraron muerta a un costado del Ajusco.
Un millón de pesos es más de lo que tienen muchas familias con todo su patrimonio junto. La ciudadanía no tiene por qué vivir estos momentos de terror y culpa; no se debería negociar con la vida. Ni un muerto más. El gobierno no pudo, que renuncien todos y regresen a la ciudadanía su legítimo derecho a defenderse.
Se sabe que grupos de secuestradores tienen casas de seguridad en la Delegación Tlalpan, en Topilejo, que operan cerca de la salida a Cuernavaca, por el Ajusco y alrededores; múltiples casos de secuestros y homicidios se presentan en la zona; tal es el caso del secuestro de los 7 atletlas que se dirigían al Ajusco a entrenar. No tenemos autoridades frente a los delincuentes, por lo visto.