Los primeros campos petroleros, tras la mal llamada ‘Reforma Energética’, ya están en manos de sus nuevos dueños. Se podría decir que en realidad fueron regalos; regalos hechos por EPN a sus cómplices de siempre: uno a la empresa símbolo de su brutal corrupción (HIGA) y otro, a su mentor e impulsor; el delincuente Carlos Salinas de Gortari. No hubo más contratos, solo estos dos; y los aplaudidores del sistema, tendrían que explicarnos si es que en estas ‘licitaciones’, tampoco hay conflicto de intereses.
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