nycUna protesta pacífica, aunque radical, dejó sin saber qué hacer a las fuerzas de seguridad gringas. Lo único que pensaron, fue en detener a los compañeros que se expresaban de una forma distinta a la que ellos están acostumbrados. Había, además, gente solidaria de otras nacionalidades, que han entendido que lo que se vive en México, se sale de lo común y es verdaderamente de terror. Al igual que lo que nos sucedió en Madrid, seguramente la policía fue llamada por los lacayos del sistema narco político mexicano y la policía, al servicio de los cómplices de éste, cumplió las órdenes que desde arriba les dan.

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