Ya tiene nombre y ya tiene dueño. Se trata de la primera de muchas empresas privadas que se van a repartir el jugoso botín que es PEMEX. No es de extrañar que el nuevo dueño de esta gran rebanada, sea el segundo hombre más rico de México; dueño de minas de oro, de cadenas departamentales y de empresas de la industria de la transformación. Solo alguien con el poderío económico (construido a base del sometimiento del pueblo) podría hacerse de un capital suficiente para empezar a saquear nuestros recursos naturales. Y ya vienen las demás, las extranjeras.
Visited 11 times, 1 visit(s) today
Trackbacks/Pingbacks