Más de un millón y medio de personas en las calles de París. Con lágrimas en los ojos, abrazándose y compartiendo el dolor que fue sembrado por el terror (no sabremos jamás desde dónde engendrado). La movilización ciudadana fue un grito de ¡Basta, no tenemos miedo! Y todos los franceses fueron Charlie y todos se sintieron fuertes y se levantaron juntos.
Los ‘líderes’ de los gobiernos europeos que asistieron a la impresionante movilización, no importan; ELLOS no cuentan, ELLOS probablemente son responsables y su presencia debemos omitirla. Nuestra solidaridad es con los que como NOSOTROS son, con los que desde abajo donde está el pueblo, sienten y sufren los estragos de las expresiones más radicales y monstruosas que se engendran en los desacuerdos de arriba.
Hoy hablé con mis conocidos en Francia; una de ellas me dejó una frase que resume el dolor compartido que sentimos desde nuestro México a Francia, pero también desde Francia a México: «yo sé lo que ustedes viven en México, pero jamás imaginé que fuera tan doloroso sentirlo en carne propia. Lo siento mucho», dijo.