Mucho se ha dicho sobre lo que realmente significó la entrevista que realizó Sean Penn al líder del Cártel de Sinaloa; es claro que lo mostrado es un documento que queda para la historia, pero no significa que esto haya sido moralmente correcto. En un país donde a los periodistas, por mucho menos que esto, se les persigue, amenaza, reprime o en el peor de los casos, se les asesina; el observar que a Penn y su grupo fueron los propios criminales los que les brindaron protección para llegar hasta El Chapo, obviamente llena de indignación. Aquí dos opiniones en relación a este hecho.