El criminal que acaba de dejar la plaza en Sonora, Guillermo Padrés, se daba el lujo de pagar un ejército de aplaudidores, reventadores y agitadores de redes sociales, ¡obviamente, con dinero público! Casi 50 millones de pesos gastó durante su fallido sexenio, en 57 individuos que se dedicaban a denostar, descalificar e intimidar a todo aquél que fuera crítico o señalara sus corruptelas y nexos con otros criminales. ¡Estos sinvergüenzas se sirven con la cuchara grande, pero además viven de la pura imagen!
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