Cualquier confesión obtenida bajo tortura, no puede ser válida, ni creíble. Bajo tortura, el ser humano es capaz de declara todo lo que ELLOS quieran y se les venga en gana. Aquí no se trata de las películas gringas, donde los héroes soportan el dolor y al final no abren la boca. Nadie que sea presionado de semejante manera, puede ser considerado como un testigo válido y mucho menos culpable. La PGR lo sabe y se le cae su juego macabro, donde siguen encubriendo a sus sicarios de la PF, la Marina y el Ejército. #SOSporMéxico.
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