Son indolentes y seguramente se creen ajenos a padecer un evento tan trágico como el ocurrido en Iguala aquél 26 de septiembre de 2014. Y además, son dóciles y su mente débil, porque es fácil manipularles desde las pantallas de los medios de paga y toda la propaganda oficial repetida hasta el cansancio, para hacerles creer que las víctimas son ellos y no los compas de Ayotzinapa, ni sus padres o compañeros. Y como se tragan el cuento de que la víctima es la que ve cómo un profesor de la CETEG pinta un edificio, se olvidan que los familiares de los 43 desaparecidos, están pasando por uno de los dolores más terribles que puede darle la vida a alguien. En la evaluación de daños, para estos débiles de mente y serviles al sistema; un día de paro o una pinta en una barda, vale más que la vida de cualquier ser humano.
Visited 1 times, 1 visit(s) today