Ayer, el delincuente Miguel Ángel Yunes Linares aparecía en un video mostrando su «indignación» y envalentonado decía que lo que pasó en Coatzacoalcos tendría respuesta por parte del gobierno.
Son las mismas palabras y actitudes que mostraba en sus primeros meses en la jefatura de plaza; el aparentar enojo, el señalar a los monstruos y el prometer que no habría impunidad en los terribles casos de las masacres que hubo en su sexenio de muerte.
El delincuente Yunes hace exactamente lo mismo y esas palabras ya no nos provocan otra cosa que no sea indignación auténtica y rabia, al saber que ocultan lo que verdaderamente siente, es decir, que le vale muy poco.
Lo ocurrido en Coatzacoalcos, en Ciudad Cardel y en general en el estado de Veracruz el día de ayer, aunque no solo ayer, sino los días y semanas pasadas, nos duele a los que aun somos sensibles a la atroz violencia que han desatado los mismos que ahora juran que acabarán con ella, como el mismo Yunes.
Sabemos que provocan el terror, que «venden las plazas» dos veces y que trabajan como socios con los cárteles del crimen organizado; sabemos que sus policías están infiltradas de criminales y que por eso jamás podrán poner orden y mucho menos recuperar la paz, porque tendrían que encerrarse a si mismos.
La tragedia de ver a cuatro niños asesinados brutalmente o a dos mujeres ejecutadas, se suma a la larga lista de agravios que no se olvidarán jamás, porque NOSOTROS no somos hipócritas, como él; nos lastima y llena de coraje que hayan asesinado gente inocente y sabemos que en algún momento llegará la justicia y alcanzará para meter presos a todos esos criminales, gobernadores incluidos.
Aquí las palabras del delincuente Yunes: