El pueblo francés es quien debe preocuparnos en éste momento; porque nadie de ellos tiene la culpa de lo que las religiones, los gobiernos y las políticas imperialistas han provocado. Ver las imágenes de las calles francesas llenas de gente, en silencio, con lágrimas en los ojos, ha sido sumamente conmovedor. El día de mañana, habrá una nueva manifestación en todo el país. Me recuerda el horror, del que no se hace nunca eco en el mundo, que se vive en nuestro país. En México, nos hemos acostumbrado a ver pasar masacres, tan terribles como la que ocurrió en París, hace tres días.
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