Cada año, en festejos como los de fin de año o días de fiestas nacionales, nos encontramos con noticias tristes de este tipo. Las víctimas casi siempre son menores que se encontraban lejanos al sitio de la celebración y ajenos a cualquier situación que los pudiera parecer en riesgo. Una niña de 7 años que estaba en su humilde vivienda, fue víctima de una bala perdida que atravesó el techo de lámina de su vivienda. La bala dio en su cabeza. El inconsciente que disparó, seguramente ni se enteró de lo que hizo. ¡No más festejos con armas de fuego!
