Desde hace mucho tiempo se ha venido denunciando el tráfico de órganos, sobre todo de menores, en México. El mal gobierno voltea a otro lado e incluso lo niega rotundamente, pese a que los testimonios sean muchos y que vengan desde diversos sectores de la sociedad. Grupos de Autodefensas en Michoacán y ahora el sacerdote Alejandro Solalinde, refieres haber sido testigos de los hechos y tener pruebas de ello. Incluso, en meses pasados, José Manuel Mireles comentó que en Tepalcatepec detuvieron una camioneta en la que se transportaba infantes y que se traficaba con ellos con esa finalidad. Insistimos: el mal gobierno sigue callado.
