La violencia en Veracruz va más allá de colores de cárteles partidistas y los del crimen organizado. Hace menos de tres meses que el delincuente que ahora mal gobierna el estado llegó y prometió que una de sus prioridades sería la de acabar con el flagelo del que acusaba a su antecesor, el otro delincuente, Javier Duarte. Y es que durante el sexenio del hoy fugado ex jefe de plaza, las masacres se contaron por decenas y los muertos por miles; empezando por aquella que también en Boca del Río marcó su llegada al poder. Hoy la historia se repite y en los inicios de la nueva administración, al costado de una barda de una escuela, los grupos de la delincuencia organizada dejan una nueva imagen de horror, al tirar 11 cuerpos ejecutados, con el clásico narcomensaje en el que se declara una nueva guerra. Y mientras Miguel Ángel Yunes se enfrasca en una pelea con el líder del Cártel de Morena, los ciudadanos regresan a la realidad: no es cosa de partidos, ninguno de ellos va a cambiar esto.
