Este es otro ejemplo de cómo no sirve de nada ‘capturar’ a los supuestos cabecillas de los grupos criminales. Las estructuras que formaron los grupos paramilitares en México, tienen un orden y sucesores que están esperando a subir en el escalafón de la organización. Vimos como pomposamente presentaban a último líder de Los Zetas y hoy sabemos que su sucesor ya está al mando, pero que, además, ya había estado preso y un juez, de manera ‘extraña’ lo dejó salir.
