¿Votamos? ¿Para qué? Votar en México se ha convertido en un derecho absurdo; un mero acto de fe. Fe en que alguna vez nuestro voto contará y no habrá fraude; fe en que alguna vez se respetará la decisión ciudadana y que en los partidos, las listas de candidatos no estarán integradas por gente que ELLOS ponen; fe en que los ‘nuevos partidos’ serán la solución de algo; fe en que no sean los dueños de los capitales quienes en verdad gobiernen y que no sean los partidos y sus políticos, meros instrumentos de quienes verdaderamente mandan. Votar en México es inútil y es avalar el sistema de corrupción que tanto criticamos. Votar en México es desperdiciar la oportunidad de construir nuevas formas de gobernarnos y delegar en los mismos esa responsabilidad nuestra.
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