El Cártel de los Zetas tenía un campo de entrenamiento de tiro en San Buenaventura, Coahuila. Así como en otros muchos municipios del estado o en Tamaulipas y Nuevo León, el cártel llevaba a sus soldados a practicar, mientras preparaban las nuevas batallas.

Cereso de Piedras Negras; donde ‘Los Zetas’ cremaron a más de 150 personas.

No fue, sino hasta que los hermanos Treviño Morales, Miguel Ángel en 2013 y Omar en 2015, cayeron presos, que se pudo regresar a todos esos parajes y ranchos donde los habitantes no podían ni pararse. Durante el gobierno del delincuente Humberto Moreira y con el del hermano de éste, Rubén, era prácticamente imposible que todos estos hallazgos salieran a la luz, porque gozaban de la protección del gobierno y nadie olvidaba eso.

Los pobladores de San Buenaventura no saben a ciencia cierta quién fue la persona que construyó esta especie de corral de vacas, con paredes altas y con un aguaje, pero suponen que el predio habría sido arrebatado a algún ranchero y después usado como campo de entrenamiento de los sicarios.

Puede ser que en el lugar haya restos humanos, como ha ocurrido en otros lugares donde Los Zetas establecieron sus campos de la muerte, aunque nadie se ha atrevido a ir para investigarlo; lo que se sabe es que cuando estaba operativo, fue contratado un operador y una máquina, de las llamadas ‘mano de chango’, para remover tierra en el lugar. En el perímetro del predio hay una zanja que escavaron con esa máquina, aunque no se sabe cuál haya sido su finalidad.

El Cártel de los Zetas aun tiene presencia en San Buenaventura, según lo que dicen los pobladores, solo que andan «a la sorda», «guardados», probablemente recuperándose, reorganizándose y esperando a que las cosas se calmen un poco para regresar a reclamar lo que consideran suyo.

https://www.youtube.com/watch?v=B0YWXcg53Do

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