Muchas han sido las palabras, las imágenes, los rostros de dolor y los esfuerzos de los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, para que se logre la empatía y el pueblo se sensibilice con su causa; sin embargo, aun hay mucha gente que no entiende lo que debe ser el infierno que ellos están pasando. Peor es, cuando hay muchos que parecen alegrarse por la tragedia que vivieron y siguen viviendo. Palabras como las de EPN o las de Vicente Fox; las de miles de usuarios de redes sociales; las de empresarios coludidos con el crimen gubernamental y muchos otros indolentes, nos taladran la mente y nos hacen confirmar que en México hay muchos demonios sueltos y que habitan en los corazones de todos ELLOS.
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