El individuo que mal gobierna en Sonora, decidió hacer una presa en una de sus propiedades, apoderándose de un recurso que es de todos: el agua. También decidió que con un acueducto, que robaba agua a las comunidades indígenas, podría satisfacer del líquido a su cómplices de las empresas que están en Hermosillo. Cuando estas comunidades deciden defenderse del despojo, no fueron ni el mal gobierno, ni los empresarios ladrones los que fueron a la cárcel. Metieron presos a los líderes del movimiento, como siempre hacen y como ‘solucionan’ sus cosas.
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