Manchadas sus asquerosas manos de sangre de NOSOTROS. Las lavó, seguramente, con más sangre de otros muchos muertos que ha habido durante sus años de gobierno. El carnicero de Guerrero tiene calaveras en los ojos, exhala infiernos. Es un demente, psicópata y está sentado en la silla desde donde dirige la siguiente masacre. Ángel Aguirre NO puede seguir gobernando, ni ocupar un cargo público, jamás. Tiene que ir a la cárcel. Y sus solados, sus guardias negras, sus paramilitares, también.
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