La PGR y Jesús Murillo ‘el cansado’ Karam, necesitaban un chivo expiatorio que llegara a ‘comprobar’ las teorías que tenían. Resulta que, dentro de el nuevo teatro armado, la idea es cambiar las percepción de la gente en relación al proceder de los normalistas y se difunde una mentira que repetirán hasta que sientan que se convirtió en verdad: ‘los normalistas estaban involucrados con un grupo de la delincuencia organizada’.
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