Lo más preocupante de este caso, es la forma en que nos compartieron la información, diciéndonos que ‘no podían saber si los encapuchados eran policías, porque en Reynosa hay muchos criminales uniformados y se comportan de la misma forma que los policías’. Y es que desde hace una década, la ciudad fronteriza se ha visto envuelta en una guerra por el control de la zona, en la que dos grupos paramilitares, Cártel del Golfo y Zetas, campean a sus anchas, atemorizando a los ciudadanos y sembrando el terror para el que fueron creados. ¿Cómo saber si eran policías? Imposible, porque la actitud es exactamente igual que la de los sicarios que no usan uniforme.
