Instantánea 1 (13-10-2014 12-54)La táctica siempre es la misma: infiltrar los movimientos que puedan representarle un problema al sistema. En el caso de los movimientos estudiantiles, se usa a los porros. Esos que ELLOS dicen que no existen y que siempre aparecen, pese a la negativa de reconocer su presencia. Son pagados desde la Rectoría de las universidades, están en sus nóminas. El caso del IPN no podía ser diferente, así que ahí están y si los estudiantes no se adelantan a los sucesos que puede desencadenar su infiltración, pueden terminar rompiendo lo que se haya avanzado.

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