Suena duro, pero es así: un parásito menos. No nos alegramos de la muerte de ninguna persona, pero habrá que reconocer que Mónica Arriola, hija de la delincuente Elba Esther Gordillo, en nada ayudó a la sociedad mexicana, desde que vivió del erario y de las tranzas de su madre, toda la vida. Nadie votó jamás por ella y pese a eso, fue diputada, senadora y ocupó diferentes cargos en el cártel partidista que creo la ex líder del SNTE. Y no podemos alegrarnos de su muerte, cuando sabemos que se va, sin haber pagado los delitos que seguramente, junto con su familia corrupta, cometió. Así que nos limitamos a decir: ¡un parásito menos!
