Análisis: Ética, poder e insurrección de los saberes
Ética, poder e insurrección de los saberes (con un ensayo gráfico sobre la infiltración paramilitar en la organización estudiantil)
Por Anel Hernández Sotelo
…la opacidad y la impenetrabilidad (la nueva incertidumbre radical respecto a las consecuencias últimas de nuestros actos) no se deben a que seamos marionetas en manos de algún trascendente poder planetario (el destino, la necesidad histórica, el mercado), sino, antes, al contrario, a que “nadie lleva las riendas”, a que “ese poder no existe”, no hay ningún “Otro del Otro” manejando los hilos; la opacidad nace, precisamente, porque la sociedad contemporánea es enteramente “reflexiva”, ya no existe naturaleza o tradición que proporcione una base sólida sobre la que pueda apoyarse el poder […] El principal atolladero de la sociedad del riesgo reside en la brecha creada entre el conocimiento y la decisión, entre el encadenamiento de las razones y el acto resolutivo del dilema (en términos lacanianos: entre S2 y S1): nadie puede “conocer realmente” el desenlace final; la situación es radicalmente “indecible” y, aunque el conocimiento no nos ayuda, TENEMOS QUE DECIDIR.
Slavoj Žižek, En defensa de la intolerancia.[1]
El término reflexión, que se emplea para referir al “fenómeno por el cual ciertas radiaciones luminosas cambian de dirección, al no ser absorbidas por una superficie sobre la que han incidido, pero sí rechazadas y difundidas (sin que sus rasgos monocromáticos resulten modificados significativamente)”[2], es utilizado indiscriminadamente como sinónimo de ponderación, meditación y pensamiento al interior de las aulas universitarias. Profesores y estudiantes reflexionan sobre los problemas del mundo contemporáneo dentro del sacro espacio de cognición que es la universidad.