Parece ser que al Gral. Antúnez, flamante Secretario de Seguridad Pública (léase «Jefe de Sicarios») del Cártel Independiente de Nuevo León, sus muchachitos de la Fuerza Civil, se le salen del huacal muy seguido.
En diciembre pasado, uno de sus sicarios uniformados, fue acusado de violación y ‘extrañamente’ ni siquiera fue puesto ante un juez, así que, respaldado en la impunidad que les otorga Antúnez, siguió cometiendo delitos. Esta semana, junto con uno de sus colegas, en completo estado de ebriedad, entraron a un supermercado en Apodaca, para comprar más bebida. Al mismo tiempo en el lugar estaba una mujer. El sicario violador le dijo a su compañero que la asaltaran y que la violaran. ¡Sí, así tal cual! Éste se negó y como no lo ayudó, lo mató de un disparo en el pecho, con una pistola .357 magnum, ilegal obviamente, porque no es el tipo de arma que se asigna a los uniformados. El angelito violador, asaltó a la mujer, la violó y abandonó la escena. Hasta el día de hoy, no se sabe nada de él.
La Fuerza Civil Nuevo León fue creada para combatir los delitos de alto impacto; tienen adiestramiento de élite para enfrentarse a los más peligrosos criminales, pero el problema es que los delitos que ellos cometen, no hay quien los combata. Son de las policías mejor pagadas de México; tienen el mejor equipo de trabajo y vehículos especializados para su labor. ¡Y hasta pasan por exámenes de confianza periodicamente!
Dicen en Nuevo León, que los sicarios de Antúnez se pasean por la entidad intimidando a los ciudadanos; encapuchados, con las metralletas apuntando siempre y al más puro estilo del narco, en caravanas. ¡Qué coincidencia!
Seguramente el sicario violador, ya está formando parte de los Zetas, de donde seguramente fue reclutado.
