Para el gobierno de los Estados Unidos, la situación es clara: haber atrapado al Chapo, no es el fin del Cártel de Sinaloa. La DEA asegura que durante el tiempo en que Joaquín Guzmán Loera ha estado preso, el crecimiento del cártel no se ha detenido, al contrario, ha aumentado y ha recuperado territorios de otros grupos criminales que están en disputas internas, como Los Zetas y el Cártel del Golfo. Según la Agencia Anti Drogas de los Estados Unidos, el mal gobierno en México tendría que preocuparse por lo que verdaderamente es importante; detener los flujos de capitales que son lavados en empresas y bancos, tanto en territorio nacional, como en el extranjero. Pero además, se debería desbaratar la red de corrupción que ha generado el cártel durante tantos años de actividades y que llega hasta los máximos niveles del gobierno.
