En los ‘altos niveles de la política’, las cosas suceden más o menos así: un Jefe de Plaza le impone a los alcaldes el Mando Único de Policía y los alcaldes se resisten, porque aseguran que viola la autonomía de sus municipios -cosa que es verdad-. El Jefe de Plaza se envalentona y asegura que su propósito es instalarlo y que no le interesa que el pueblo no esté de acuerdo; entonces uno de los alcaldes le dice que no lo va a permitir y que si algo le pasa a él, a su familia o a su equipo de trabajo, lo hace responsable directamente. ¡Un estado perfectamente gobernable! ¿No les parece?
