La Senadora con licencia, Maki Ortíz, mira la porquería que hay en la casa de enfrente, pero no se asoma a la porquería en la que vive dentro de su propio cártel. Así que, envalentonada por la campaña, le envía una carta al delincuente que está en la Presidencia, diciéndole que Reynosa es un verdadero campo de guerra. Habla de la complicidad de criminales con políticos, pero no dice que dentro de las filas de su narcopartido, también los hay. Por ejemplo, el individuo que pretende ser Jefe de Plaza en Tamaulipas, Cabeza de Vaca, ha sido señalado muchas veces de pertenecer al Cártel del Golfo o cuando menos, haber recibido financiamiento para las campañas electorales donde contendió para la alcaldía o la diputación. ¡Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno!
